Visitantes de la cueva

domingo, 2 de noviembre de 2014

El solo y la sola, personajes que ayudan a mantener el delicado equilibrio de la familia

Pasadas ya las regocijantes fiestas de Navidad y Año Nuevo, los especialistas creen que es tiempo de que las familias les brinden un reconocimiento a esos parientes que concurren a tales cenas en total soledad, generalmente estrenando o prolongando un estado de fracaso sentimental que, por diversos factores, termina haciendo posible la vida en el resto de la estructura familiar. 

"El solo, la sola, son personajes que inducen un montón de pensamientos, reflexiones, sentimientos, emociones y mitos positivos en los demás asistentes a la cena navideña familiar. Brindan motivos de excitantes charlas a escondidas sobre su situación, consumen poco, no ocupan demasiado el baño, se van temprano, ayudan a tranquilizar a los perros de la casa y permiten que hasta el más pelotudo de los tíos se sienta un ser arrasadoramente exitoso, explica el psicólogo social Damián Sobam Elaya. 

El profesional condujo un estudio realizado el 31 de diciembre pasado simultáneamente en 87 mesas familiares en las que había un solo o una sola, de los cuales el 44% eran personas recientemente divorciadas o separadas, el 13% gente que nunca había tenido pareja, un 17% dudaba demasiado en lanzarse a las personas que les interesaban y se las terminaban empomando otros, el 16% eran maniáticos del orden y otros enfermos que nadie bancaba, y el 10% restante se componía de viudos/as. 

Algunos rasgos salientes del trabajo son los siguientes: 

El solo anima la cena. Contra lo que indica la lógica, el solo o la sola, lejos de "avinagrar" la cena navideña o añonuevística, la aviva y hasta la torna apasionante. "En el 93% de los casos estudiados, las cenas venían para el orto, aburridas y porongosas, hasta la aparición del pariente solitario. A partir de allí se notó que los demás adquirían una nueva energía para pasarse chismes sobre los últimos fracasos y estrellamientos sentimentales del solo o sola, con el extra de adrenalina que genera la necesidad de que el pobre infeliz no note que están hablando de él o ella", explicó el doctor Sobam. 

Nadie sabe cómo tratar adecuadamente al solo. Otra verificación empírica. Por ejemplo, una sola que cenaba con sus parientes en Villa Barberán, recibió luego de los brindis de la medianoche y al momento de los abrazos, las siguientes salutaciones: "¡Vamos, Dionisia, vamos, eh, que en este año seguro que vas a ser aunque sea un poquitito feliz!", "Vos tranquila, que si siempre te dejaron después de darte la primera culeada, ganaste porque significaba que no te querían bien", "¡Este año con todo tía, y basta de comprarte la ropa en los cementerios!", "Dionisia, te merecés lo mejor, el problema es que los que te conocen también" y "Seguro que anda cada vez más cerca el hombre que te va a sacar de la depresión y va a lograr que te laves el cabello". 
El solo presta plata. Generalmente, el solo es una persona que, por esa condición o de puro culo, tiene ahorros. Y en las fiestas, particularmente, el ambiente emotivo de la ocasión, por berreta que sea, lo moviliza a intentar profundizar lazos con sus demás parientes. Erróneamente, cree que lo puede lograr, por ejemplo, ofreciéndose a prestar plata cuando un primo o un cuñado le cuentan que les chocaron el auto y el chapista les pide tres lucas. Obviamente, hacia mayo, cuando vea que no le pagaron ni siquiera una de las cuotas sin intereses acordadas, se dará cuenta de que fue un boludo, e intentará recuperar parte del dinero. Los otros, desde ya, se harán los ofendidos, lo mandarán a la mierda y lo tratarán de resentido. "Si te va mal en tu vida, no seas agresivo con nosotros, que no tenemos la culpa", le dirán antes de cortarle el teléfono o cerrarle la puerta en la jeta. 

Si hace falta para levantar la cena, se le puede inyectar dolor. El exceso de comidas repletas de grasas y la abundante libación de bebidas alcohólicas, hacen que las cenas familiares ingresen a la madrugada en una pastosa etapa que desemboca en un océano de tedio. Es entonces que la sola o el solo asoman como verdaderos salvavidas colectivos, cuando uno de los asistentes dice algo así como "Che, Matías, ¿sabés que a la Celia se la anda bombeando el que era tu jefe en la papelería, no?" Por supuesto que todos sabían que el solo no sabía de esa noticia sobre su ex, pero con su sacrificio se logra reactivar la reunión por dos a tres horas más. 

A los solos se los cruza como perros. A los solos ningún pariente les reconoce dignidad, ni derecho a la intimidad, ni nada. Por eso, es frecuente que los familiares les organicen, sin preguntarles y sin avisarles, encuentros en plena cena con otros solos sobre los cuales los demás ya dictaminaron que son "la persona que mengano/a necesita". Entonces, se produce una lamentable situación, consistente en la llegada de, por ejemplo, la tía Helga, a la que precede un murmullo de todos los que, reunidos en el patio, llevan ya media hora de haber conocido a Braulio, un empleado de comercio jubilado al que alguien trajo de no se sabe dónde para ver -seamos directos- si se aparea con Helga. 

Entonces, el dueño de casa lleva a la tía hasta donde está el viejo, y ante la mirada de toda la concurrencia, que rodea a los dos fracasados, los presenta diciendo algo así como: "Tía, este es don Braulio, un señor que vive acá cerca y que enviudó el año pasado", dato totalmetne innecesario al que, no obstante, suma otros. "Tiene una jubilación de 1.200 pesos, o sea el doble que tu pensión; obra social; y la casita es suya". 

Después, dejan a los dos frente a frente, mirándolos, como si se tratara de dos foxterriers de pelo duro cuyos dueños acordaron la cita para que se enhebren y vender los cachorros a medias. 

Eso sin contar con que, también, la vigilancia colectiva hace que los parias no puedan hacer nada si surgiera entre ambos al menos una brisa de simpatía. Así, si él tiene para con ella el gesto de cuidar que su vaso no quede vacío durante la comida, no faltará el rompequinotos que desde la otra punta de la mesa grite "¡Esssssaaaaaa Brauliooooo, se ve que le quieeere tener con la guardia baja a la Helga jio jio jioooooo!" 

Y tú, oh, amigo, ¿has sido/eres un solo o una sola?¿Conoces alguno de estos casos en tu amada familia?

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